La crisis del coronavius ha aumentado el protagonismo de las viviendas en régimen de cooperativas. Tanto que el interés por esta modalidad vuelve a los niveles máximos registrados tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Esta es la tesis que maneja Libra Gestión de Proyectos, una compañía especializada en la gestión de cooperativas que ya ha entregado más de 4.000 pisos en este régimen y que actualmente tiene 15 promociones de este tipo en marcha.
Según explica Miguel Palmero, director general de la empresa, «las cooperativas de vivienda están viviendo una situación similar a la vivida en 2008/2013, cuando España vivió su último boom en cuanto a construcción de vivienda en régimen de cooperativa”. Y es que solo en los últimos meses ha detectado un repunte del interés superior al 80%. «Cuatro meses después de haber concluido la etapa más estricta del confinamiento, lo que parecía una moda, se confirma como tendencia», aclara Palmero.
Los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) recogidos en el estudio de Libra Gestión de Proyectos apuntan a que 2008 fue el mejor año en lo que llevamos de siglo en lo que se refiere a la construcción de viviendas de cooperativas, con más de 13.000 unidades, frente a las escasas 600 que se desarrollaron el año pasado. En cambio, 2012 y 2013 fueron los ejercicios en los que esta modalidad tuvo más peso sobre el total de viviendas construidas (más de un 7% en ambos años).
Y según la compañía, todo apunta a que próximamente veremos un despegue de este régimen gracias a varios factores que ya están detrás del repunte del interés: el deterioro de la situación económica generado por la pandemia del covid-19, la previsible liberalización del sector urbanístico que prevé introducir la nueva Ley de Suelo de la Comunidad de Madrid, y las ventajas que supone la adquisición de una vivienda en régimen de cooperativa.
Y es que esta modalidad de compra puede llegar a suponer un ahorro de hasta el 20% respecto a la adquisición de una vivienda a través de una promotora, unos cálculos en los que coincide la Asociación de Gestoras de Viviendas (AGV). Este menor coste responde a que se elimina el margen del promotor. «Se trata de una fórmula sin ánimo de lucro y, por ello, una de las más atractivas cuando no se dispone de un gran capital inicial, como es el caso de gente joven que accede a su primera vivienda», recalca el estudio publicado por la compañía.
Otra de las ventajas es que tienen beneficios fiscales. Por ejemplo, las cooperativas de viviendas de Protección Oficial están exentas del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), y en algunos municipios tiene reducida la cuota del IAE (Impuesto de Actividades Económicas).
Las viviendas de cooperativas también permiten mayor margen a la hora de personalizar las viviendas para adaptarlas a los gustos de los compradores. «Una cooperativa es una sociedad con personalidad jurídica propia constituida por personas que quieren adquirir una vivienda y se unen para acceder a ella mediante la autopromoción. Ello les otorga de una participación imprescindible y decisiva en todo el proceso de la promoción», aclara el estudio.
Además, esta modalidad está respaldada por la Ley Estatal de Cooperativas 27/1999 de 16 de julio, así como el de la Ley de Cooperativas de la Comunidad Autónoma donde la cooperativa desarrolle su actividad. Así, tienen seguridad jurídica y están sometidas a controles y poseen garantías.
No obstante, esta fórmula también tiene sus riesgos, como largos retrasos en la ejecución de las obras, un cálculo erróneo que lleve a una escasez de fondos por parte de la cooperativa y el riesgo de quiebra.
Se dispara el interés por las viviendas de cooperativas y vuelve a los niveles del boom
La crisis del coronavius ha aumentado el protagonismo de las viviendas en régimen de cooperativas. Tanto que el interés por esta modalidad vuelve a los niveles máximos registrados tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Esta es la tesis que maneja Libra Gestión de Proyectos, una compañía especializada en la gestión de cooperativas que ya ha entregado más de 4.000 pisos en este régimen y que actualmente tiene 15 promociones de este tipo en marcha.
Según explica Miguel Palmero, director general de la empresa, «las cooperativas de vivienda están viviendo una situación similar a la vivida en 2008/2013, cuando España vivió su último boom en cuanto a construcción de vivienda en régimen de cooperativa”. Y es que solo en los últimos meses ha detectado un repunte del interés superior al 80%. «Cuatro meses después de haber concluido la etapa más estricta del confinamiento, lo que parecía una moda, se confirma como tendencia», aclara Palmero.
Los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) recogidos en el estudio de Libra Gestión de Proyectos apuntan a que 2008 fue el mejor año en lo que llevamos de siglo en lo que se refiere a la construcción de viviendas de cooperativas, con más de 13.000 unidades, frente a las escasas 600 que se desarrollaron el año pasado. En cambio, 2012 y 2013 fueron los ejercicios en los que esta modalidad tuvo más peso sobre el total de viviendas construidas (más de un 7% en ambos años).
Y según la compañía, todo apunta a que próximamente veremos un despegue de este régimen gracias a varios factores que ya están detrás del repunte del interés: el deterioro de la situación económica generado por la pandemia del covid-19, la previsible liberalización del sector urbanístico que prevé introducir la nueva Ley de Suelo de la Comunidad de Madrid, y las ventajas que supone la adquisición de una vivienda en régimen de cooperativa.
Y es que esta modalidad de compra puede llegar a suponer un ahorro de hasta el 20% respecto a la adquisición de una vivienda a través de una promotora, unos cálculos en los que coincide la Asociación de Gestoras de Viviendas (AGV). Este menor coste responde a que se elimina el margen del promotor. «Se trata de una fórmula sin ánimo de lucro y, por ello, una de las más atractivas cuando no se dispone de un gran capital inicial, como es el caso de gente joven que accede a su primera vivienda», recalca el estudio publicado por la compañía.
Otra de las ventajas es que tienen beneficios fiscales. Por ejemplo, las cooperativas de viviendas de Protección Oficial están exentas del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), y en algunos municipios tiene reducida la cuota del IAE (Impuesto de Actividades Económicas).
Las viviendas de cooperativas también permiten mayor margen a la hora de personalizar las viviendas para adaptarlas a los gustos de los compradores. «Una cooperativa es una sociedad con personalidad jurídica propia constituida por personas que quieren adquirir una vivienda y se unen para acceder a ella mediante la autopromoción. Ello les otorga de una participación imprescindible y decisiva en todo el proceso de la promoción», aclara el estudio.
Además, esta modalidad está respaldada por la Ley Estatal de Cooperativas 27/1999 de 16 de julio, así como el de la Ley de Cooperativas de la Comunidad Autónoma donde la cooperativa desarrolle su actividad. Así, tienen seguridad jurídica y están sometidas a controles y poseen garantías.
No obstante, esta fórmula también tiene sus riesgos, como largos retrasos en la ejecución de las obras, un cálculo erróneo que lleve a una escasez de fondos por parte de la cooperativa y el riesgo de quiebra.
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