Tener una segunda residencia es una bendición, sobre todo en este año tan atípico en el que muchas familias han decidido no viajar para evitar contagiarse del covid-19. Pero, ya sea en la playa, en la montaña o en plena ciudad y tanto para disfrutar los fines de semana o las vacaciones, el mantenimiento de otra vivienda además de la habitual conlleva un coste. Según la OCU, el gasto se sitúa de media en unos 1.800 euros anuales.

Por eso es importante evitar gastos innecesarios. ¿Y cómo conseguirlo? Ariston, la firma especializada en soluciones de calefacción y agua caliente, asegura que es importante ventilar para que no salgan humedades, desenchufar los electrodomésticos y aparatos como la televisión cuando no se utilicen o invertir en un buen termo eléctrico. Resumimos los consejos que resume la compañía en un estudio para ahorrar en el mantenimiento de una segunda residencia:

1. Reducir los gastos energéticos. La compañía explica que realizar sencillas acciones como desenchufar todos los electrodomésticos para eliminar el ‘stand by’, cambiar la iluminación de la vivienda por bombillas de bajo consumo o comprar aparatos eléctricos de clase energética alta te puede ahorrar cientos de euros al año. Además, recuerda que una mala gestión o elección de los sistemas de calefacción, aire acondicionado, caldera y hasta internet, pueden provocar infinitos gastos.

2. Evitar la humedad. Uno de los principales problemas de tener una casa cerrada durante mucho tiempo es la aparición de humedad. Las manchas en las paredes o simplemente el olor que desprenden pueden ser muy difíciles de eliminar si no se hace a tiempo. Para ello, la recomendación básica es ventilar la vivienda cada cierto tiempo y así poder renovar el aire.

3. Invertir en un buen termo eléctrico. “A veces gastar un poco más nos hace ahorrar a futuro”, asegura Ariston, que añade que “por su capacidad de adaptación, fácil instalación y reducidas dimensiones, los termos eléctricos destacan como la mejor solución para segundas viviendas. Además, son el mejor sistema que nos permite también ser más ecológicos al no utilizar combustibles fósiles para funcionar”.

4. Invertir en conectividad. Aunque a priori puede parecer un gasto innecesario, a largo plazo se puede convertir en un ahorro importante. En este sentido, la compañía recalca que la tecnología en el hogar no solo permite una mayor comodidad, también permite que te puedas anticipar a los cambios de climatología. “Planificar un viaje y tener la certeza que tu segunda vivienda te espera en perfectas condiciones, ya sea caliente como fresca te ayudará a centrarte en otros quehaceres. En definitiva, ahorro de dinero a largo plazo, de tiempo y una tranquilidad mental que no tiene precio”, insiste.

5. Rentabilizar la vivienda. Una manera de evitar humedades y mantener la casa cuidada es alquilarla, lo que además permite al propietario obtener unos ingresos adicionales. Además de alquilarla durante algunas semanas en la época estival (una alternativa rentable por ejemplo para una casa en la costa), otra opción es arrendarla a un precio asequible durante los meses en los que no se disfruta la vivienda, con lo que se puede conseguir un presupuesto extra que se puede reinvertir en mejoras de la casa.

Todo ello ayudará a reducir el consumo y mantenimiento de la segunda residencia en un momento en el que se ha convertido en un lujo. “El buen funcionamiento del teletrabajo ha convertido a estas casas de veraneo o fin de semana en una alternativa que ya no solo es posible disfrutar en vacaciones. La crisis sanitaria ha cambiado las prioridades a la hora de adquirir una segunda residencia: ahora será más importante el espacio, la inclusión de estancias que puedan adaptarse como espacio de trabajo o una decoración de interiores a medida”, reconoce el estudio. Una teoría que comparten otros agentes del mercado inmobiliario como Solvia.