¿Cómo segregar una vivienda? Pros y contras

La idea de algunos propietarios en segregar un inmueble para alquiler o vender es más común de lo que creemos. Muchos propietarios inmobiliarios se han planteado alguna vez dividir una vivienda en dos partes independientes para obtener mayor rentabilidad, aunque el proyecto a simple vista parece factible, no siempre merece la pena.

De hecho muchas inmobiliarias a día de hoy reciben frecuentemente consultas de propietarios interesados en conocer la posibilidad de segregar una vivienda, pero desde luego no es posible, ni adecuado, en todos los casos.

Segregar un inmueble consiste en modificar el registro de una vivienda para crear dos independientes y tiene entre sus principales ventajas el ahorro económico pero también tiene sus inconvenientes porque no siempre la modificación es viable y puede acarrear muchos gastos también.

Para las agencias inmobiliarias la clave está en la superficie que tenga la vivienda, así como su ubicación. Que tengan al menos 140-150 m2, y que estén situados en grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia etc) donde el terreno y la ubicación estén cotizados al alza y que puedan obtener una alta rentabilidad, del estudio destacan algunos barrios como el de Salamanca y Chamberí en Madrid, o el Ensanche de Barcelona.

Pero más allá de la superficie y la ubicación de la vivienda, la posibilidad de dividir un piso en dos independientes es un proceso complejo que necesita la licencia del ayuntamiento y la autorización de la comunidad de propietarios.

La principal desventajas con la que se encuentran los propietarios es la dificultad técnica y normativa a la hora de definir los nuevos espacios y justificar las reformas Esta clase de reformas son más tediosas y laboriosas de lo que parecen, se exige que cada una de las viviendas sea exterior, tenga su entrada independiente, aislamiento técnico y acústico entre ambas, etc. Además de la ejecución del proyecto por parte del arquitecto que debe ser visado por el ayuntamiento para conseguir la licencia de obra mayor.

Además de la autorización administrativa, de las normas de urbanismo de la comunidad autónoma y del ayuntamiento, que fijan los criterios de habitabilidad mínimos en cuanto a estancias y tamaños, también es necesario contar con el permiso de 3/5 partes de la comunidad de vecinos, así como pagar los correspondientes impuestos.

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